viernes, 3 de octubre de 2008

Las vacunas...

Luego de cumplir los dos meses de vida debía vacunarse con la segunda dosis.
Nos había dicho la enfermera que podía levantar fiebre.
Pero a la tarde empezó a subirle la temperatura y a llorar de una manera en que nunca había llorado. Estaba desesperada y profería alaridos lastimeros que partían el alma. Lilian sabía que eso podía suceder y no perdió la calma. Esa tarde no abrió la peluquería y se la pasó toda en la cama con la bebé.
Maricel, mi amor! Cómo sufriste y sufrimos!

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